Barolo es la cuna de una de las variedades de vino más famosas de Italia. Este municipio de la región Piamonte, en la provincia de Cuneo, está localizado a unos 50 kilómetros de Turín. Ha cobrado gran reconocimiento en la industria gastronómica y vinícola a nivel mundial por la producción del vino que lleva su mismo nombre, Barolo, y que lo hace único y muy apetecido por su calidad, sus largas temporadas de reposo, alto contenido en ácidos y por su versatilidad al momento del maridaje.
En una tarde es posible recorrer este pequeño village, disfrutar de su gastronomía típica, deleitarse con el mejor vino de la zona y conocer más de su historia tras visitar algunos de sus museos, antiguos edificios, plazas o bodegas vinícolas. Desde la calle principal que se debe transitar para llegar a su primera plaza se respira vino, buena comida y cultura, ya que de lado a lado hay restaurantes, bodegas y cantinas que aumentan las ganas de vivir la experiencia de sus vinos.
Al llegar a su primera plaza, la Piazza Castello, se hace necesario detenerse para apreciar a la izquierda el imponente Castillo; a su alrededor restaurantes y enotecas, mientras que al fondo, el verde paisaje de los viñedos y la vegetación característica de la Langhe. En dicha plaza es posible disfrutar de uno de los restaurantes con mejor vista de este municipio y activar todos los sentidos mientras se degusta un plato típico piemontese.
En la piazza Castello hay restaurantes, cantinas y un imponente castillo, que le da el nombre a la misma, y desde donde se puede apreciar hermosos paisajes.
Barolo, cuna de uno de los mejores vinos de Italia, es un village localizado en la provincia de Cuneo, en la región italiana del Piamonte, a unos 50 kilómetros al sureste de Turín.
En Barolo hay unas 23 bodegas y tiendas en las que se puede comprar el vino Barolo directamente del productor.
Más que pasta y Barolo
Si bien cuando de comer en Italia se trata, entre las primeras opciones siempre estará la pasta o la pizza, no hay que perder de vista que existen otros platos tradicionales según el lugar que se visita. En ciudades como Barolo, por ejemplo, se puede disfrutar de una carrillera de ternera o de la faraona, un gallina que se cría en esta zona y es muy consumida por la calidad de su carne.
Así mismo, sucede con el vino. Es lógico que al ir a Barolo la primera opción es catar un vino con su mismo nombre, pero valdría la pena, además de ello, tener en cuenta otras alternativas. El Nebbiolo es una muy buena opción por su calidad, precio y sabor. Este vino tinto es producido con la misma uva del Barolo y el Barbaresco, goza de la cualidad que envejece bien, su sabor es fuerte y tiene aromas frutales y florales. Por lo general suelen ser ricos en alcohol (alrededor de un 13%), acidez y taninos, y tiene una particularidad que lo hace único en la zona, es de un alto mantenimiento y no se puede trasladar con facilidad, por lo que si se quiere catar uno bueno, la oportunidad de hacerlo es cuando se visita esta área.
Petit Bistró es uno de los restaurantes con mejor vista de la Piazza Castello. Desde allí se pueden apreciar los viñedos de la región de la Langhe.
Petit Bistró es uno de los restaurantes con mejor vista de la Piazza Castello. Desde allí se pueden apreciar los viñedos de la región de la Langhe.
Petit Bistró es uno de los restaurantes con mejor vista de la Piazza Castello. Desde allí se pueden apreciar los viñedos de la región de la Langhe.
Petit Bistró es uno de los restaurantes con mejor vista de la Piazza Castello. Desde allí se pueden apreciar los viñedos de la región de la Langhe.
En cuanto a precios, el precio de un Barolo de cantina pequeña oscila entre 30 y 35 euros, mientras que un Barolo de reserva o de una cantina famosa supera los 100 euros y puede llegar hasta los 1000 euros. Por su parte, los Nebbiolo se pueden conseguir desde 11 euros. Su valor varía según la apariencia y categoría, conservando la calidad que le da la materia prima: la uva Nebbiolo, una de las más costosas de Italia.
Si seguimos recorriendo las angostas calles de Barolo, algunas de ellas inclinadas, será inevitable admirar la arquitectura de sus casas, edificios y demás plazas con vista a los verdes paisajes que lo rodean. En algunas de ellas hay esculturas alusivas a su historia. Cabe resaltar que este es uno de los 11 municipios de la Langhe, que a su vez están divididos en viñedos. Barolo hace parte de los cinco más grandes junto a Castiglione Falletto, La Morra, Monforte d’Alba y Serralunga.
Barolo es un pueblo pequeño, pero con muchos sitios que ofrecen una variada oferta gastronómica, cultural e histórica; además de plazas con vista a los verdes paisajes que lo rodean.
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