La historia de algunas iglesias y su relación con el Principado de Mónaco no pasarán desapercibidos entre quienes se pasean por sus impecables calles. Lo mismo sucede con su arquitectura o la ubicación de las mismas, ya que muchas de ellas tienen una localización que permite mantener un equilibrio entre el turismo y la espiritualidad.
En el caso de la imponente Catedral de Mónaco, también conocida como la Catedral Nuestra Señora Inmaculada y dedicada a San Nicolás, está situada en uno de los sectores más atractivos de Mónaco: Mónaco-Ville. La rodea un armonioso ambiente con vista al mediterráneo y al jardín San Martín, a pocos pasos del Museo Oceanográfico y del Palacio del Príncipe.
Su construcción surgió luego de que el territorio del Principado de Mónaco se separara de la diócesis de Niza en 1868. En ese entonces, en su lugar yacía la Iglesia de San Nicolás, de seiscientos años de antigüedad, la cual fue demolida para darle lugar a la imponente estructura y dejando al mencionado santo y a San Benito como sus patronos secundarios.
Las obras se llevaron a cabo en 1875 con piedras de La Turbie, en un estilo romano bizantino. En su interior hay ocho capillas que fueron construidas en los siglos XV, XVI y XVII, y cada una tiene imágenes de santos, entre ellos, Santa Rita, San José, San Nicolás, San Benito, diversas advocaciones de la Virgen María, y la imagen del santo italiano San Pío de Pietrelcina. Todas ellas se pueden apreciar a lo largo de sus pasillos laterales.
Las tumbas de los príncipes
Dentro de los eventos históricos que han tenido lugar en dicha iglesia están el matrimonio del príncipe Rainiero III y la princesa Grace, y el hecho de que en ella reposen las tumbas de los antiguos príncipes de Mónaco y miembros de la familia Grimaldi. Estas se pueden apreciar al pie de las imágenes de los santos que allí se honran.
Cabe resaltar que en esta Catedral existe un código de vestimenta durante eventos religiosos. No está permitido el ingresos en short, minifaldas o blusas con hombros descubiertos. Los visitantes deben vestirse con ropa adecuada para poder ingresar; sin embargo, en el verano es permitida la entrada en pantalones cortos, mientras no haya celebración religiosa. Lo ideal es ingresar con los hombros cubiertos.
La catedral de Mónaco hace parte de la Arquidiócesis Católica Romana. Su construccion estuvo a cargo del arquitecto Charles Lenormand.
Capilla de la Divina Misericordia, un espacio más íntimo con Dios en Mónaco – Ville
Si lo que se quiere es un momento más íntimo con Dios, esto es posible al visitar la Capilla de la Divina Misericordia, localizada en Mónaco-Ville, a unas tres calles de la Catedral. A diferencia de esta última, la capilla es menos concurrida, quizás por la sencillez arquitectónica de su fachada que la hace pasar desapercibida entre los restaurantes, demás edificaciones y grupos de turistas que la rodean en la Plaza del Ayuntamiento, donde está ubicada.
Solo al detenerse y apreciar la gran cerámica de la imagen de la Virgen, con los penitentes negros a lado y lado, y la cabeza de San Juan Bautista en una bandeja dorada en la parte inferior, se evidencia que el sitio corresponde a una capilla católica. Basta con alzar la mirada sobre su angosta puerta para admirar la obra de arte —elaborada en el siglo XIX por el maestro Ernest Sprega— que invita a ingresar al oratorio.
La capilla puede albergar a unas 250 personas. En su interior predomina el estilo barroco evidenciándose en sus esculturas, imágenes, pinturas y mármoles. Al entrar es inevitable fijar la atención en su altar, elaborado en mármol policromado, y en el que se destaca la imagen de la Virgen de la Misericordia rodeada de custodias doradas; y en la cúpula, los frescos que representan la Asunción de la Virgen.
En sus paredes de lado a lado yacen las imágenes del víacrucis. A la derecha una imagen en madera de Jesús muerto, tallada por el escultor François Joseph Bosio, y una reliquia de santa Devota, patrona del Principado de Mónaco. La construcción de la capilla se llevó a cabo bajo el reino del Príncipe Honrado II, por Giacomo Tadeo Cantone, en 1639, y hace parte de la Hermandad de la Misericordia de Mónaco.
El altar de la Capilla de la Divina Misericoria está elaborado en mármol policromado. Tiene una imagen de la Virgen de la Misericordia rodeada de custodias doradas.
La cúpula de la capilla está ambientada con frescos que representan la Asunción de la Virgen y fueron pintados en 1953.
En esta capilla predomina el estilo barroco, destacándose esculturas, mármoles, frescos y pinturas.
En la capilla de la Divina Misericordia reposan algunas reliquias de Santa Devota, patrona del Principado de Mónaco.
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